De nuestra estancia en EEUU, recuerdo muy bien que a veces nos reuníamos junto a la puerta del pañol de proa, algunos cantaban, J. Adolfo García España contaba chistes abstractos (parecidos a los de diálogos para besugos) y de cualquier situación hacía un chiste gracioso, y yo contaba chistes en andaluz.
Yo salía de paseo con dos onubenses: Castro (sonarista) y Vazquez (de cubierta). Solíamos ir a YMCA, en Long Beach, que tenía un local grande con un escenario, un jardín, una pequeña tienda de souvenirs, y otras dependencias. Organizaban fiestas para los marineros una o dos veces por semana y había buen ambiente, aunque a veces surgían peleas entre los americanos; en una ocasión volaron por los aires las bolas de billar.
En esta institución había muchas chicas voluntarias muy guapas, yo tenía una amiga gordita que hablaba perfecto español, se llamaba Tina.

Durante el viaje de regreso, medir las distancias en la pantalla del radar del CIC era muy fácil, así como las marcaciones y demoras, pues movíamos un cursor que nos las indicaba. Pero en cuanto al rumbo de los contactos era un cachondeo; en lugar de calcular punteando cada minuto y marcando en el impreso de la rosa de los vientos, empezamos a calcular pintando en la pantalla del radar con lápices de cera y terminamos haciendo todos los cálculos a ojo y a la par trasmitiendolos al puente, pero lo curioso era que nos salían más exactos.
Yo pertenecía a la tercera guardia de mar, el oficial de mi guardia, el Alférez de Navío Sierra no se movía del puente alto para nada, y el que hacía de Suboficial de Guardia era el cabo 1º artillero Freire. En el CIC éramos tres: el cabo 1º sonarista Rosendo, el cabo 2º especialista electrónico Canaval y yo. Así que cuando navegábamos por mar abierto dos se echaban a dormir a pierna suelta y sólo uno se ponía el teléfono y aguantaba medio dormido en el sillón acurrucado sobre el repetidor del radar.
Pasaban horas sin que viéramos un contacto, pero una noche que nos tocó de 12 a 4 en medio del Atlántico, nos quedamos dormidos los tres y se acercó un contacto que casi venía a rumbo de colisión y lo estaba viendo a simple vista todo el mundo. Pero el castigo fue leve: además de despertarnos, tuvimos que quedarnos hasta las cinco para dibujar un mapa que se puso en el comedor, donde yo tenía que dibujar cada día a las ocho de la mañana el lugar donde se encontraba el barco.
Anécdota enviada por Francisco Ga...
5 comentarios:
Hola soy Burgos el que sale en la foto pasando el Canal de Panamá Cabo 2ª Mecánico , seguro que Ramón me conoce él estaba en Popa y yo en Proa, nos tiramos medio viaje reparando motores, Ramón sabia álgebra en motores me recuerdo que le concedieron una cruz al merito al trabajo. Deciros que me siento muy ilusionado de haber encontrado esta página. Un saludo
Tienes buena memoria por acordarte de tanto detalle, yo fuy compañero tullo durante eses viaje yo era cabo rojo maniobras, las guardias de mar las hacia en el puente bajo junto al timonel, seguro que nos conocemos mi destino era en popa el pañol de rastras, donde montábamos algunas fiestas con la guitarra con un radarista que creo se llamaba Cayuela y un sonrisa Lulo y también un señalero morales
Deduzco que el cabo artillero Freire es mi padre, que fue a Estados Unidos a recoger éste barco. Se retiró en la Comandancia de Marina de A Coruña, ciudad en la que reside. Saludos. Me gustaría que me confirmaseis si efectivamente conoceis a mi padre.
Patricio Vidal como no voy a acordarme, recuerdo tu cara y como no es ningún secreto creo que estuviste ligado con una chica casada bastante tiempo (comentarios). Tengo muy buenos recuerdos y fotos en loas que estas tu, colgaré alguna. Un abrazo compañero, ha se me olvidaba en Abril tenemos una quedada 5 compañeros del Guadalquivir Ramón y yo de Maquinas Agustin Blanquez y Ginés de mANIOBRAS Y Salcines Electricista. Si alguno se quiere apuntar de esa dotación mi correo es emilaparicio@gmail.com Emiliano Alias Burgos.
Aparicio: yo soy Villena de Valencia, estuve contigo en máquinas proa junto al cabo1 Agudo. Yo era muy amigo de Ramón Hernández. Saludos y un abrazo
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