El ancla hundida en La Carraca

Soy Guillermo Garcia Mena, del 6º reemplazo de 1975, cabo 2º rojo electricista en el DM Guadalquivir, ente junio de 1976  y octubre de 1977.

Conocí a muchos y muy buenos compañeros de “fatigas” de los que aún me acuerdo, no así tanto de sus nombres. Recuerdo a Whisky, el perro bóxer  muy dócil, que se mareaba como todo la tripulación con mala mar  (a excepción del comandante y de su ayuda de cámara, éste marinero profesional de la Mercante). 

Entre las múltiples anécdotas, una de las que yo también fui protagonista junto con otros dos compañeros (todos cabos 2º rojos), ocurrió cuando ya habíamos atracado en La Carraca (San Fernando, Cádiz), y estábamos recogiendo la maniobra, que si os acordáis, para entrar en puerto llevábamos siempre un ancla en banda, desembragada del chigre y trabada con la mordaza, a falta de un fuerte golpe con la maza de 4 o 6 kg. para fondearla en caso de emergencia (fallo de gobierno). Bueno, pues estando levando el ancla hasta el escoben, al llegar a su encaje último, la cadena se rompió haciendo un efecto látigo y arrasando con la borda, que en proa era de cables de acero, llegando la otra mitad de la cadena hasta el mando del chigre que manejaba yo; el ancla se hundió en el lodo del puerto, desapareciendo y dejándonos blancos del susto que nos dio.  Si llega a pillarnos a alguno nos mata

Creyendo los tres implicados que nos íbamos a caer con todo el equipo, resulta que la expedientada fue la cadena que terminó siendo condenada a ser fundida como chatarra por estar en pésimas condiciones. 

Anécdota enviada por Guillermo García Mena